miércoles, 15 de abril de 2020

El miedo existe

Tengo miedo y no dudo al decirlo, estamos viviendo momentos complicados, no importa desde donde lo vea, ningún ángulo mejora la imagen, los números cambian todos los días, y siempre van subiendo, no cambian la ruta, van mostrando lo peor y es realmente espeluznante.

Soy un papá más que se encuentra encerrado, cumpliendo con los decretos y las normas que van saliendo día tras día, uno de los millones de padres que no la tienen clara, de esos que no sabemos si habrá un mejor mañana, si seguiremos con trabajo, si seguiremos sanos. Yo no sé cuánto tiempo más tendrá que pasar para poder abrazar a mi mamá de nuevo, a la que tanto extraño, si podré hablar con mis abuelos en persona nuevamente, si podré sacarme nuevas fotos con ellos, ya que ambos son bastante mayores, son parte de la población en riesgo.

Los niños son los que peor la tienen, porque están acostumbrados a salir a cada rato, a disfrutar de los amigos, a pisar el parque, a jugar pelota. Mi hija extraña el colegio, extraña a sus amigos, extraña a su familia, extraña poder salir, continuar con sus actividades diarias y sus talleres. Inocentemente pregunta cada cierto rato si puede salir unos minutos al parque interno del condominio, solo nos queda explicarle nuevamente que no se puede, ella entiende, pero a los días se olvida, soy el peor carcelero del mundo.

Ya son cinco semanas que llevamos dentro, es verdad que salimos, pero una vez a la semana, manteniendo el distanciamiento social y cumpliendo con todos los protocolos de aseo. Yo salgo semanalmente a comprar víveres, enmascarado como un superhéroe de Marvel o como un bandolero del viejo oeste, caminando, porque no podemos usar el automóvil, arrastrando la carretita, esa cosa con ruedas que se ha vuelto mi pareja de caminatas, que me ayuda a cargar de vuelta los insumos necesarios para sobrevivir los próximos siete días.

No tengo que ir muy lejos, pero las veces que he tenido que salir me he demorado demasiado, las colas para poder hacer algún tramite bancario son de nunca acabar, entrar a una tienda es peor, puedo estar dos horas esperando, parecemos una fila de zombis, uno detrás del otro, nadie habla, nadie conversa, avanzando a paso lento e inseguro, con el miedo a flor de piel, preguntándome si quien está delante mío estará igual de sano que yo, si se cuida igual que yo, si tiene una familia que lo está esperando en casa, como a mí. Vivo en una constante preocupación, pensando en si la cajera que me cobra en la tienda no estará incubando el virus, si el chico que me ayuda a empacar las compras estará igual de asustado que yo, preocupado por el resto de los clientes de la cola, esperando que se acabe el turno para salir de esa tortura infinita.

Los tiempos están cambiando, ahora las reuniones de amigos son por Zoom, si antes no tenía tiempo para reunirnos, ahora nos hemos visto más veces que en los últimos 25 años. Ver a mi abuela a través de una video llamada es un logro de otro nivel, conversar con mi familia ahora es más común y es más sencillo, no necesito ir a visitarlos, estamos a un clic de distancia, nos vemos más seguido, conversamos más seguido. Por lo visto no todo es malo al final de cuentas.

La tecnología nos está uniendo mucho más, antes nos mantenía separados, mi hija ahora recibe sus clases por video conferencia, sus materiales llegan por correo electrónico y le mandamos fotos y videos a las profesoras, justificando los avances. Yo ahora trabajo desde casa, resuelvo problemas desde mi escritorio, no tengo que estar dentro de una oficina 8 o 9 horas diarias, disfruto más este encierro porque tengo a mi familia conmigo, no a todos lamentablemente, pero estoy disfrutando cada minuto que pasamos juntos. Ahora hago de profesor y de apoyo en las tareas del colegio, tengo tiempo libre para ver televisión juntos, esos minutos que gastaba viajando de ida y vuelta a la oficina los aprovecho en casa. Somos fanáticos de Netflix, saltamos soga, jugamos vóley-globo en la sala comedor, he desenterrado el monopolio y estoy a punto de comprar algún otro juego de mesa en mi siguiente salida.

No todo es malo, siempre donde hay problemas se presentan las mejores oportunidades, sin embargo, el miedo no se va, y eso es lo más difícil, hoy tener miedo es normal.


martes, 18 de febrero de 2020

¿Que colegio elegimos?

Hace varios años, allá por el 2015, cuando Mara tenia recién 2 años, empezamos a evaluar algunos de los colegios ubicados por nuestra zona, con la finalidad de elegir la mejor opción para que pueda ir a estudiar. Iniciamos nuestra revisión por el mes de Abril, sin pensar que el colegio elegido estaría, literalmente, al frente de nuestro departamento, pero lo gracioso es que para cuando empezamos nuestra cruzada, aún no habían puesto ni la primera piedra.

Al inicio anduvimos revisando diferentes páginas web, buscamos comentarios y recomendaciones de amigos con hijos pequeños, que ya habían hecho la mega chamba de búsqueda y selección, que ya habían pasado por todo ese largo y tedioso proceso de ingreso, para que nos den todos sus tips. Quisimos enterarnos de los procesos, la documentación que tendríamos que presentar, como eran las evaluaciones y los exámenes que debíamos rendir, para así saber a qué nos estaríamos enfrentando, además de evaluar las cuotas de inscripción, matrícula, reservas y otros gastos, siempre el maldito dinero nos mueve la balanza del poder y la decisión.

Luego de un primer barrido armamos una lista de nuestro top 5 con los colegios candidatos, incluyendo el colegio al que yo había asistido, que casualmente era uno de los que estaba cerca. Lo segundo fue tratar de ir a visitarlos, para conocer los locales por dentro, cuál sería la forma de llegar, rutas de acceso, y averiguar de primera mano los procesos de postulación y de las gigantescas cifras de matrícula. Fue una no tan encantadora sorpresa la que nos llevamos al ver tantos ceros juntos, terminamos casi desmayados y medio en coma.

Luego de hacer el primer descarte por cuota de ingreso y mensualidad, nos quedamos con solo dos opciones, pero que aún no estaban viendo el proceso de ingreso, que era muy pronto y que teníamos que volver luego, así que lo dejamos paralizado por unos meses y lo volvimos a retomar en Marzo del 2016, en ese momento Mara ya estaba en su segundo año en el nido.

Mientras esperábamos que los meses fueran avanzando, fue en el mes de Junio que nos enteramos que iban a construir una nueva sede del colegio Innova Schools cerca del condominio. Ya habíamos escuchado de ese colegio y de su metodología, incluso varias personas nos habían comentado que sería una muy buena opción, sin embargo, no lo habíamos considerado en nuestra lista de opciones porque sus otras sedes estaban muy lejos de donde estamos viviendo, las de Chorrillos eran las más cercanas en ese momento. La cosa es que cuando nos enteramos de la construcción del nuevo local empezamos a averiguar donde era que iba a estar exactamente, y llamamos por teléfono para enterarnos que era lo que teníamos que hacer.

El colegio lo levantaron en seis meses, durante el proceso de construcción fuimos resolviendo los temas de los documentos, visitamos uno de sus locales en Chorrillos, llevamos todos los papeles, fotos y abonamos todo lo que nos pidieron pagar. Realmente el proceso fue bastante rápido y sencillo, nos habrá tomado entre 15 y 20 días lograr conseguir todo y presentarlo. La respuesta del colegio fue también bastante rápida, como Mara era nueva, sin experiencias previas en otros colegios, y ya tenía tres años en ese momento, así que entró de forma directa al grupo Inicial, que se separa en tres años, empezando en Beginners, luego Pre-Kinder y al final Kinder, culminando el bloque a los 6 años.

Ahora que Mara ya tiene la edad necesaria para entrar a primaria, ya estamos listos para que empiece primer grado en Marzo. Sabemos que existen algunas diferencias de cuando estuvo en Inicial, ahora su horario es más largo, nosotros no podemos entrar a dejarla adentro del colegio, solamente en la puerta, ahora va a llevar sus materiales en una mochila y va a tener dos recreos al día, por ende, doble lonchera, y lo que más le gusta a ella es que el patio de juegos ha cambiado, ahora estará con los niños grandes.

En resumen, si todo va de acuerdo a lo planificado, va a estar en el colegio por los siguientes 14 años y solo tiene que cruzar la calle, y ni siquiera tiene que salir del condominio, ya que las puertas posteriores del colegio dan a las rejas de mi cochera, desde nuestro balcón podemos ver el patio del colegio y los salones, así que más cerca que eso imposible. La construcción de ese colegio nos cayó como anillo al dedo.


lunes, 27 de enero de 2020

Esposa Súper Poderosa

Ya estamos con más de seis años de padres, aprendiendo, mejorando, investigando, malogrando, equilibrando y haciendo de todo para que todas las piezas encajen lo mejor que se pueda. No somos magos ni videntes, no tenemos una brújula que nos muestra siempre el norte, ni una bola de cristal que nos muestra nuestro futuro, nosotros vamos paso a paso, a veces firme y a veces con miedo, pero siempre enfrentando las difíciles situaciones que se nos van presentando, que fácil seria cambiar de rumbo a cada rato por cada vez que encontramos una gran piedra en el camino.

Bueno pues, esta vez me toca hablar de algo que me encanta, y que es cierto que ha llamado mucho mi atención, desde ya hace buen tiempo, y que me ha emocionado un montón y me seguirá emocionando, y esto es la increíble versatilidad que mi compañera de equipo y de aventuras, alias "esposa", quien ha desarrollado en los últimos "XYZ" años unas geniales características nunca antes vistas.

¿Y qué fue lo que ha ocasionado tantos cambios? Pues la verdad no fui yo, aunque me hubiera gustado afirmar eso, pero la verdad de la milanesa es que todo esto se inició a raíz de la llegada de nuestra ya no tan pequeña hija a nuestras vidas, hace más de seis años, y lo genial de esto es que ha hecho que ella, de mi esposa, descubra muchas cualidades, habilidades y súper poderes que no tenía a la mano y que ahora los domina como si nada, obviamente siempre aprendiendo y desarrollándolos más.

La dedicación que tiene para con nuestra hija es increíble, la llegada que tiene con ella es digna de sorpresa, yo no sé si las demás mamás tendrán ese alcance con sus hijos, y no estoy hablando de la distancia de un brazo o de una pierna, además de un control estupendo de todas las situaciones complicadas que puedan suceder, que a simples mortales como yo, me podrían causar la pérdida del control, histeria, enloquecimiento con un posible daño colateral que mejor ni les cuento. No sé si será magia o alguna otra ciencia oculta, pero sí que es súper genial, como yo le digo, tiene súper poderes que han nacido en ella, misma XMEN.

Las responsabilidades nos llegan de golpe, y eso nos permite evolucionar, mejorar nuestra preparación física y mental, que a veces no está completa o no es suficiente, y hay que estar mejorando mucho y bastante rápido porque el tiempo nos gana, eran tantas cosas las que no sabíamos al principio que nos veíamos en la necesidad de preguntar o investigar y muchas de esas veces no encontrábamos las mejores respuestas, pero teníamos que hacer las cosas si o si y no había forma de esperar, hacerla larga no era una opción. Obvio que aún seguimos aprendiendo y yo creo que ella aprende más cosas que yo, ella está mucho más tiempo con Mara que yo, y por ende ella tiene que amoldarse a muchas más situaciones, la gran mayoría complejas.

Y justamente han sido “gracias” a muchas de estas situaciones, que han salido a relucir las habilidades de mi señora esposa; y hasta ahora está haciendo un excelente trabajo, a manos llenas, muchas actividades a la vez y con el tiempo siempre en contra, pero ahí va con buen viento, aprendiendo y sacando a relucir lo mejor que puede ofrecer.

Para resumir, estoy más que convencido que ella tiene Súper Poderes.


miércoles, 15 de enero de 2020

¿Soy un Influencer?

Desde hace algún tiempo viene dando vueltas en mi cabeza esa no tan nueva terminología, ya que mi hija, que anda viendo vídeos en YouTube en cantidades industriales, va siendo influenciada de alguna forma. Lo primero son esos vídeos de gente abriendo juguetes, comprando juguetes, recomendando juguetes y nosotros terminamos comprando esos juguetes. Es por eso que tenemos muchas LOL, mucho slime y ahora los ksi-meritos. Después llegaron los vídeos de maquillaje y ahora anda con los de cocina. Entonces de ahí viene la pregunta, de si soy de alguna forma un influencer, aunque la definición creo que aplica a aquellas personas que recomiendan cosas, podría estar mal.

Yo creo, que muy en el fondo, todos somos de una u otra forma influencers, incluso sin darnos cuenta, comentamos a algunos amigos sobre algún restaurante, de algún libro, programa de televisión, producto de maquillaje, de limpieza y de muchas otras cosas más. Sin embargo creo que también al educar a mi hija estoy haciendo de influencer de alguna forma, en su comportamiento, sus gustos, su carácter, su forma de ser. Recomendamos que hacer y que no, le ayudamos con sus cosas, vemos programas de televisión juntos, sabiendo cuales son buenos para que vea sola y cuales con compañía de nosotros.

Igualmente, en la oficina, al momento de resolver los problemas del día a día, al conversar con los compañeros de trabajo, al explicar algún tema o recomendar una solución, puede ser durante el almuerzo o al momento de salir, puedes llevar a un grupo de amigos a un lugar que te recomendaron y de paso tu lo estas recomendando sin querer. Ahora que he vuelto a ser profesor en la universidad, no solamente se imparten conocimientos teóricos, también se enseña en base a las experiencias vividas, a cómo has enfrentado las diferentes situaciones, eso también influencia a las personas que tienes como oyentes. 

Y sin caer en el tema del materialista, ¿cuantas personas al verte vestir algo, no te preguntan? sobre tus zapatos, zapatillas, camisa, billetera, cartera, mochila, laptop, celular, hay millones de cosas de las que conversamos diariamente con un montón de gente, no necesariamente tienes que tener un canal de vídeos, escribir en algún blog o revista, el poder de la palabra logra inclinar mucho la balanza de las decisiones de los demás, ¿o no?

La verdad es que yo escribo porque me gusta hacerlo, no lo hago muy seguido porque no me da el tiempo, ideas tengo miles en la cabeza, pero es difícil plasmarlo en letras, no todo fluye fácilmente, muchas veces no todo es color de rosa. No me gusta comentar sobre los productos o servicios que hemos usado y seguimos usando, si es verdad que por ser papás hemos tenido que recorrer la pasarela de productos para bebes y niñas, no puedo asegurar ni dar por sentado que a todos les va a funcionar igual y que van a tener la misma excelente experiencia, como la hemos tenido nosotros. No a todos nos funcionan los mismos productos que a los demás, no todos tenemos las mismas reacciones.

Así que ya saben!!!!