
Para empezar yo no sabía que habían
mudado el local de vacunación, por lo visto a un lugar más grande y con más
consultorios, el anterior solo tenía un consultorio y no había mucho espacio
para esperar tu turno. Este nuevo local es solamente para vacunación, tiene
tres consultorios y un área de espera para albergar cerca de 30 o 40 niños,
obviamente con sus padres. Teniendo en cuenta que cada bebé va con por lo menos
un padre y hay otros que van con media familia, ese día debieron haber fácil
unas 100 personas que constantemente entraban y salían, habían dos colas, una
para que tomen tus datos, los datos del bebé. El seguro con el que cuentas y si
las vacunas son las del estado son gratuitas pero si no están cubiertas tienes
que pagarla. Nosotros ya sabíamos que la vacuna para la hepatitis se compraba,
esta vacuna nos costó como 84 soles, valor que ya conocíamos de antemano.
Lo bueno de este nuevo lugar es
que ahora ellos mismos te venden las vacunas que no están cubiertas por el
seguro, antes tenían que generar una orden y tu tenías que cruzar la calle y
entrar a la farmacia de la clínica a comprar el medicamento, esa es una gran
ayuda, te evitas perder el tiempo haciendo una cola más en otro lado. El
problema grave es la cola, para hacer la inscripción de los datos de la bubu teníamos
que sacar un ticket con un número, me toco el B-26 y la cuenta de atención creo
que estaba en A-80, faltaban como 50 personas antes de nosotros para poder
hacer ese primer trámite.

La organización de este nuevo
local estaba por las patas de los caballos, no se respetaba el orden numérico
de las vacunaciones, no había un supervisor que pusiera orden y por lo que pude
ver no tenían ningún criterio al llamar a los pacientes, fácilmente yo hubiera
hecho lo mismo, salir con mi número, ir a hacer otras cosas y regresar, al ver
que llamaban a un número mucho mayor podría haberme acercado y decirle a la
enfermera que me disculpe pero que no había escuchado la llamada y listo, me
dejan entrar en el momento que llegaba, mientras las demás personas, estaban
esperando desde el medio día para vacunar a sus pequeños.
Nunca había visto a tantos niños
juntos, de todas las edades, de diferentes características físicas, algunos
solo con la mamá, otros con ambos padres y habían otros con padres, abuelos, tíos
y amigos, por esa razón en la sala de espera no entraba ni un alfiler. Con
tanta espera, mi hija se durmió, para tristeza nuestra porque cuando nos llamaron
para ponerle sus vacunas la hicieron despertar con las agujas, ella salto de un
susto y empezó a llorar a mares, nunca me voy a olvidar de ese llanto, tenemos
que ser fuertes por y para ellos, los bebés sienten lo que sucede a su
alrededor y se dan cuenta cuanto uno está bien o mal.
Al final terminamos saliendo de
este lugar cerca de las dos de la tarde y media, con un hambre bárbaro, pero más
nos preocupaba la bubu, a ella le habíamos llevado sus gerbers, agua y jugo de
fruta, pero igual eso no era un almuerzo propiamente dicho así que a esa hora después
de la vacuna, su llanto era en parte por el hambre que tenía. Salimos lo mas rápido
posible y paramos en el camino para comprar algo de almuerzo, ya no había
tiempo para cocinar, así que a comprar un pollo a la brasa, es lo más rápido a
la hora de comprar y a nuestra hija le encanta.
Nuestras
visitas al centro de vacunación han terminado por este año, las siguientes son
en Marzo y Mayo del próximo año, así que podemos estar tranquilos, solo hay que
esperar a que lleguen los días indicados y que haya vacunas en stock en esas
fechas.
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