No
es una novedad saber que cada hijo es diferente de los demás, cada familia,
cada padre, cada abuelo es diferente del resto de familias, de padres y de
abuelos. Cada uno de nosotros es único y tiene su propia forma de ser, sus
propias metas y sus propias decisiones.
A
nosotros como padres nos ha tocado la labor de educar a nuestro hijo o hijos,
darles todo lo que está a nuestro alcance y es ahí donde se empiezan a marcar
las diferencias. Hace varias semanas converse con una señora de edad contemporánea
a la mía, madre de 3 hijos y dedicada netamente a ellos, sobretodo de su ultimo
hijo que tiene 5 años.
Estuvimos
conversando de todo, del transporte, de las nuevas obras que se están empezando
a dar, más que todo como proyectos, de los trabajos y otras tantas cosas hasta
que terminamos conversando de nuestros hijos. Su hija mayor está estudiando en
San Marcos la carrera de obstetricia y me conto lo difícil que le fue a su hija
ingresar, que las cuotas son simbólicas pero que postulan tantos que al final
de 27,000 postulantes entra solo el 10% o de repente menos, su hija lo intento
tres veces. Me comento del tema del transporte y lo que le cuesta a su hija ir
a clases, que sale a las 6am para tomar el tren que la lleva hasta la facultad
y otras cosas más.
Mientras
conversaba con esta señora, intercambiando ideas, metas y alcances estuve
pensando en cómo nosotros como padres encausamos a nuestros hijos de cierta
manera hacia un futuro que puede ser sencillo o complejo, dejando de lado el
tema económico, mi esposa y yo estamos tratando de guiar a nuestra hija hacia
un camino que de repente en el futuro no vamos a poder continuar. Desde que
elegimos una casa de estudios para ella, desde el nido, kínder y colegio ya
estamos encasillando un poco lo que a continuación vendrá, en un futuro no tan
cercano pero latente. Todo padre siempre quiere darle lo mejor a sus hijos y la
educación es parte fundamental de ese paquete llamado "lo mejor", si
la matriculamos en un colegio X estamos más o menos dejando pautas para futuras
elecciones, decisiones que nos involucran a todos porque para cuando quiera
elegir que estudiar después del colegio puede cambiar bastante su futuro y el
nuestro.
Es
importante saber cuál elegir entre varios nidos o entre colegios, esos son los
que van a inclinar un poco la balanza hacia cierto lado, los colegios son los
que más tiran de la soga, son los que nos dicen cuál va a ser la escala
universitaria, de repente vamos a estar en un punto muerto donde elegir una
universidad privada contra una del estado sea una decisión entre la vida y la
muerte, esa decisión nos pueda inclinar hacia un lado o hacia el otro, está
claro que aún no sabemos qué va a suceder dentro de 15 años y debemos empezar a
prepararnos desde ahorita para poder afrontar esos cambios de rumbo y esas
inclinaciones de la balanza. Si bien es cierto, en el momento que te conviertes
en padre duermes menos y gastas más, estamos entrando en la etapa de inversión
a largo plazo y aunque suene feo estamos invirtiendo en el futuro de nuestra
hija, tenemos que darle todo lo mejor posible.
Con
esto no quiero decir que las personas que eligen enviar a sus hijos a colegios
o universidades nacionales están haciendo lo incorrecto, es lo que en ese
momento pueden afrontar, la educación es demasiado importante para elegirla al
azar pero hay que ser conscientes que a veces los tiempos no nos ayudan, no
tenemos la vida comprada y nos puede pasar cualquier cosa en el camino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario