Vivimos en una sociedad donde la educación y la crianza de
nuestros hijos queda, en teoría y en la mayoría de casos solamente a cargo de
la mamá, y nosotros como papás somos solo espectadores sentados en una tribuna
deportiva y nuestro trabajo se ha convertido son en ser proveedores de ingresos
para la casa, dejando en claro que existen parejas donde ambos trabajan y en
ambos recae el cumplimiento económico, en muchos casos hemos caído en la rutina
laboral, de entrar y salir de la casa, de solo ver a la familia por las noches
o en el fin de semana y eso no puede ser posible, no debe ser una regla
general, tenemos que ser partícipes en mayor cantidad de horas.
Nuestra participación ya no es como lo fue antes, ahora solo vamos
y venimos. Al principio de la aventura de ser padres, llevabas una gigantesca
cantidad de emociones que podías compartir y regalar a cualquier persona
con la que te cruzabas por la calle, contar lo que iba sucediendo era la nota
alegre de cada día, ir a las consultas te llenaban de emoción, ver las imágenes
de la ecografía te hacían llorar fácilmente y aplicabas la excusa típica del
polvo en el ojo pero no puedes negar que se te llenaban de lágrimas los ojos, acéptalo,
y cuando por fin llego el gran momento estuviste vestido cual médico de cabecera
listo para entrar en la sala de operaciones para recibir a tu hijo(a). Todo eso
quedo ya en el pasado y ahora ya solo llegas con las justas a decir buenas
noches y a dormir.
Nuestros hijos necesitan más que eso, más cariño, más besos, más
abrazos y más aventuras, cosas que los hagan divertirse, sonreír y llenarse de emoción
y alegría, por eso les digo a todos los papás, no se escondan, participen de la
crianza de sus hijos, no tengan miedo de opinar, de comentar, de salir de
compras con la familia y ver productos para bebes en los supermercados, escoger
la leche que necesitan, las medicinas, los pañales, la comida, no sean solo una
herramienta de trabajo, no sean solo el que trae el dinero a la casa, el que
para la olla, el que cubre los gastos, somos mucho más que solo eso, somos
papás y debemos hacer nuestra labor como tales.
Sé que hay un montón de cosas nuevas, todas y cada una de ellas más
difíciles de aprender que las otras, las hemos tenido que aprender a la
velocidad de la luz y a la fuerza, hemos tenido que dejar nuestros miedos y
temores fuera del alcance de la familia para que no intervengan, hemos
aprendido terminología extraña como colecho, apego, porteo y otras cuantas más,
nos hemos visto involucrados en acciones raras y completamente diferentes a las
que estamos acostumbrados, esas son las cosas que nos sacan de cuadro y nos
hacen ver la vida de una manera diferente.
Así que ya sabes Papá, sal del hueco en el que te escondes, déjate
ver más seguido, participa más, ayuda más, juega más, disfruta más, estamos en
el siglo 21 y la forma en como nuestros padres fueron con nosotros es historia
antigua, ahora tu puedes marcar la diferencia, puedes ser más que solo parte de
una fotografía, puedes convertirte en el héroe perfecto para tu hijo(a). Da ese
paso que te falta y lo que lograras será lo mejor de tu vida y obtendrás la
mejor recompensa que cualquier hombre puede recibir en vida, atrévete que no te
vas a arrepentir nunca.
Ser padre es lo máximo, que tu hijo te diga Papá es lo máximo,
compartir con otros papás también lo es y qué mejor forma que aprender de otros
que ya lo han vivido antes que tú, comparte tus experiencias, papá: no te
escondas.
Fotografia por: Matty Photography
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