miércoles, 26 de agosto de 2015

El Día que Nevó en Casa

¿Alguna vez alguno de tus hijos ha hecho una travesura digna de castigar pero que al final celebras y disfrutas con orgullo? Pues eso nos pasó a nosotros en casa.

Hace varias semanas que estábamos con la intención de preparar un keke en casa y nunca logramos detenernos en el tiempo para poder prepararlo pero al menos habíamos comprado todos los insumos y habíamos recuperado la batidora de la casa de mi suegra, así que estábamos más que listos, el tiempo era el que nos fallaba, nunca podíamos estar tranquilos en casa los tres como para poder hacer lo que la receta decía, y así el tiempo fue pasando hasta que sucedió lo inevitable.

Un día de semana, cualquier día de la semana, mientras yo estaba en la oficina estuvieron ocurriendo cosas en la casa que estuvieron fuera de mi control, a tal nivel que cuando Mary, mi esposa, me contó lo sucedido por teléfono yo casi reviento de cólera, sin embargo cuando me envío una foto con la cara de la bebe la cosa cambio por completo, quien iba a pensar que después de haber estado furioso por lo sucedido estuviera tan tranquilo y lo más gracioso, encantado y feliz de que mi hija haya hecho semejante travesura.

Nosotros en casa tenemos una política de libertad controlada, es decir, dejamos que nuestra hija explore las cosas, no le negamos casi nada, a no ser que sea un tema que afecte su seguridad o la nuestra de manera directa o indirecta, mientras las cosas estén dentro de nuestro control no hay problema, aparte de que Mary ya me había dicho que su intención era que cuando hiciéramos el keke la bebe este con nosotros en el medio, agarrando la harina, ayudando con la masa, jugando con los huevos, ¿porque no? hubiera sido muy divertido.

La cosa fue que la bebe nos ganó, Mary me comento que como jugando ella encontró la bolsa de la Maicena abierta a medias y fue en ese momento que empezó a nevar en la cocina como si fuera navidad en algún país nórdico, y no solo fue en la cocina, la nieve paso a la sala y al comedor. Yo estaba furioso cuando me lo conto por teléfono pero luego al llegar a casa en la noche y ver las fotos y la cara de diversión de la bubu me cambio el genio totalmente, se debe haberse divertido harto en ese momento, ¿para qué cohibir la curiosidad de un niño en pleno desenrollo? No tendría mucho sentido, al contrario, debe poder explorar las cosas como son pero siempre bajo supervisión, hay que dejarlos ser, al menos eso pensamos en la casa, mas mi esposa que yo, no puedo opinar del resto de padres, pero para nosotros ahora es algo divertido y tengan por seguro que lo vamos a repetir pronto.

¿Y ustedes han disfrutado de una travesura como esta en casa?

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