jueves, 30 de enero de 2014

Una sonrisa no tiene precio



Estoy más que contento, estoy enamorado de mi hija y de mi esposa claro, pero levantarse por la mañana y ver que tu hija está echada a tu lado despierta pero sin hacer ningún ruido hasta que ve que abres los ojos y lo primero que te regala es una sonrisa, no tiene precio, después de eso empieza a hablar y a jugar contigo.

Esa sonrisa es la que me hace salir alegre de la casa, ir a trabajar y esperar que el día pase rápido para volver a la casa y tener a mi hija en brazos, jugar con ella, contarle mi día y que ella me responda en su idioma, parece que realmente entiende todo lo que le digo y que ella me comenta su día a su manera.

Ella aún no tiene dientes, pero parece que está en proceso de tenerlos pronto, está babeando por todos lados en cantidades industriales, hay que cambiarla varias veces al día y los baberos y las babitas entran y salen más rápido que una carrera de 100 metros con Usain Bolt, hay que lavar la ropa de la bebe interdiario.

Ahora la bebe está tratando de sentarse, a veces agarra su mamadera sola o coge sus juguetes, hay una sonaja que le fascina y la para chupando como si fuera el mejor sabor del plástico que hay en el mundo, pero lo mejor es cuando sonríe, a veces bota su carcajada o un chillido de alegría, tengo una pequeña filmación de 3 minutos en el celular que me acompaña todo el tiempo, la puedo ver si me da la nostalgia al no tenerla cerca y no me queda más que esperar 8 horas o más en la oficina, pero así es la vida del padre abnegado, que le vamos a hacer.

Algo más que ha llamado mi atención es que le gusta la cámara de fotos, le sonríe y parece saber exactamente cuándo es que tomo una foto porque me regala una sonrisa gigantesca de esas que te derrite en segundos, le encanta pasear en el auto, es la mejor forma de lograr que se duerma, mira todo a su alrededor y ahora últimamente me habla por el celular, mi esposa pone el altavoz y hablamos un ratito, esa pequeña charla recarga mis baterías para seguir adelante y terminar el día. Le encanta la música, todo tipo de música por suerte, no voy a tener problemas con escuchar heavy metal delante de ella y le fascina el agua, su mejor momento del día es cuando la bañamos en su tina, creo que voy a meterla en clases de natación pronto.

Ser padre es un gran logro, no hay palabras para describir la alegría que se siente, la emoción, la algarabía y todos los sinónimos que existen, a veces hasta dan ganas de llorar, estoy esperando que pueda sentarse, que pueda gatear, caminar, hablar y jugar pero es un proceso que lleva mucho tiempo y hay que tener mucha paciencia, el camino de ladrillo amarillo esta delante nuestro y hay que caminar sobre él.


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